Fue instalado por el Sistema Municipal del DIF
El altar de muertos, es un elemento fundamental en la conmemoración de los días de Todos Santos y Fieles Difuntos.
Por indicaciones de Yolanda Magaldi Rivera, presidenta del Sistema Municipal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), del gobierno encabezado por Jorge Márquez Alvarado, se instaló una gran ofrenda de 7 niveles, a la entrada de la Presidencia Municipal de Tulancingo.
En la colocación del altar, participaron directoras y maestros de los Centros Infantiles de Atención Comunitaria, de Francisco I Madero y Juárez, encabezados por María Magdalena Gómez Vera y Eunice Atilano Hernández, respectivamente.
De igual forma, apoyó el personal del organismo asistencial, representado por Juana Cruz Islas, quien manifestó que fue un trabajo en equipo, donde todos se unieron para recordar esta bella tradición mexicana.
Sobre el tema, las encargadas de los CAICs, indicaron que los 7 niveles de la ofrenda simbolizan los pasos necesarios para que el difunto llegué al cielo y descansar en paz.
Se complementa con agua, sal, velas y veladoras, incienso, el tradicional pan, licor, el retrato de las personas que se han adelantado en el viaje eterno y las infaltables flores, destacando la de cempasúchil.
El agua se considera la fuente de vida; asimismo, se ofrece a las ánimas para que satisfagan su sed, después de su recorrido, la sal, sirve como un elemento de purificación y ayuda a que los cuerpos no se corrompan durante el viaje.
En tanto, las velas y veladoras con la flama que producen generan “luz”, “Fe” y “Esperanza”, y son guías para que no se pierdan durante su visita, mientras que el copal e incienso se utiliza para limpiar los lugares, dónde se coloca la ofrenda y así el alma pueda entrar sin ningún problema.
Las infaltables flores son símbolo de festividad y agregan un toque de ánimo a la ofrenda, se acostumbra poner pétalos en el piso formando un camino que sirve como guía para las almas, el pan, la iglesia lo representa como “El Cuerpo de Cristo” y el licor para que recuerden los acontecimientos agradables vividos.
Con el retrato de la persona, se da entender que al ser querido se le puede ver, pero ya no existe y las calaveras de azúcar, hacen alusión a que la muerte, siempre está presente y al Padre Eterno.
De esta manera, se avanza, pues a pesar de estar en tiempos de pandemia, se vive esta tradición tan importante para el pueblo mexicano, quien se caracteriza por convivir con la muerte.